EL ESPEJO DEL ALMA
El rostro es el espejo del alma;
en él, se manifiestan los distintos estados anímicos,
las distintas disposiciones internas.
Si no quieres que tu rostro
refleje la ira o el mal humor,
no lo fomentes en tu interior;
no ofrezcas a tus familiares,
a tus dependientes, a quienes
tratan contigo, o se mueven a tu alrededor,
la triste escena de un rostro
amargado, aplastado, repelente.
Ofrece más bien un aspecto alegre,
optimista, emprendedor...
La sonrisa es siempre más atractiva
que el ceño adusto o el gesto amargante;
y no sólo más atractiva,
sino también más constructiva.
Serás más, conseguirás más,
serás más útil, si en tu interior fomentas
el orden, la tranquilidad y una serena Paz....
Serás más aceptada, porque en tu
exterior, en tu rostro,
aparecerá tu interior.
Autor desconocido
Marcecruz
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